martes, 17 de agosto de 2010

Inscripción en las psicosis

A partir de preguntas específicas con respecto al campo de la clínica de las psicosis podemos dar cuenta de la posibilidad, con fines clínicos, de poder ser testigos de inscripciones de diferentes pacientes y de su mal.

Es así que, y teniendo en cuenta lo que, en el nombre del padre y en el agujero primordial que deja en fuera de función (En el sentido matemático del término) la letra necesaria para poder formular la separación de ese objeto a y el sujeto, en lo cual resulta, aquello que se nos revela como sin sentido, como palabra impuesta, como locura.

En recorrido, que no solamente es de Jacques Lacan, si no de la clínica analítica y de sus exponentes que han trabajado con la psicosis, podemos ir dando cuenta de una revisión teórica que nos lleva a poder dar cuenta de la posibilidad de, no inscribir un síntoma como tal, sino de poder plantear y ofrecer el saber hacer de sujetos, en, con o sin delirios, y hacer pública la obra de estos mismos.

Extimidad, publicación, escucha, espacio, dan cuenta de que, la posibilidad de la inscripción en las psicosis no puede no ser sin un lugar que sostenga esta misma. Antae la clínica del fracaso tenemos la posibilidad de la huella, la inscripción siempre dirigida al Otro que no cae juicio absoluto o final de cualquier tipo de obra.

domingo, 8 de agosto de 2010

A Joy Ocean.

De esas sombras, solo un espacio.
Y no solo un árbol negro con hojas de todo tipo de palabras sin escuchar.
Respirar y lastimarse con todo tipo de nubes grises sin alba.
Todos los tiempos de una sola mano y todas las bestias de un campo sin mares y sin rocas.
Y siento un pedazo de acero en el hombro y una masa de aire ascendente sobre el agujero del muslo izquierdo.
Y de la ventana de donde nadie se asoma, solo un pedazo de ropa ondulante da cuenta del movimiento en un espacio ya vacío.
El movimiento del océano son calidez y sin vida alguna, se transforma con solo in-vocar los movimientos de una traquea desnuda y sin afilar.
ver el andamiaje de su andar en escaleras de caracol y las manos que se ciernen sobre las gotas que la lluvia ha dejado, solo, solidificar las llamas de una puerto azul.
Al igual que mis manos recorren esos arbustos con roció de lluvia ácida y riñones rojos ensangrentados.
Los cuerpos han sido abandonados, de todos modos ¿que les quedara?
Los libros se deshojan y los medios se tornan igualmente inaccesibles, pero el rencor de ella, sola, solo se limpia con aquella roca verde, sin musgo, de la caverna con estalactitas y lactosa sin digerir.
Rompe todo lo que me queda, inclusive la desesperanza y quédate con el aire lumbar de una flama que te corrompe los rayos de la nuca.

Solo lo que se toma, se puede solidificar solamente com palabra de soledad incolumne y soleada.